Cuando los niños empiezan a escribir están muy motivados pero, con el tiempo, encuentran dificultades y su aprendizaje puede estancarse. Es importante que la escritura sea para ellos una actividad divertida y accesible. Te proponemos actividades con las que los padres podemos ayudarles en casa.
Empezar es difícil
Si nos pusiéramos por un momento en la piel cualquier niño que tenga que enfrentarse de repente a la escritura, probablemente nos entraría un vértigo tremendo.
Empezar es difícil
Si nos pusiéramos por un momento en la piel cualquier niño que tenga que enfrentarse de repente a la escritura, probablemente nos entraría un vértigo tremendo.
Aprender a escribir es una actividad muy compleja que requiere grandes dosis de madurez. Aparte de las dificultades motrices (control del trazo, coordinación del ojo con la mano, direccionalidad, etc.) existen otras trabas que hacen de este momento algo muy especial. Para la mayoría de los niños, comenzar a escribir es muy difícil. Les cuesta convertir los sonidos en letras, las palabras en frases y, sobre todo, sus pensamientos en signos escritos. Hagámoslo divertido!
Hacerse con el código de la escritura es muy complejo, lo que hace que muchos niños se sientan inseguros. Por eso, nosotros debemos ayudarles a superar sus miedos y para lograrlo es importante:
No forzar el aprendizaje de la escritura antes de tiempo. Desde el primer momento hay que inculcar al niño seguridad y confianza en sus posibilidades y progresos.
Hacerse con el código de la escritura es muy complejo, lo que hace que muchos niños se sientan inseguros. Por eso, nosotros debemos ayudarles a superar sus miedos y para lograrlo es importante:
No forzar el aprendizaje de la escritura antes de tiempo. Desde el primer momento hay que inculcar al niño seguridad y confianza en sus posibilidades y progresos.
Cuando comienzan a soltarse a escribir no hay que corregirles constantemente, porque lo único que conseguimos es paralizarles y bloquearles. Si el niño comete fallos, es mejor comentárselos cuando haya terminado. Si nos pide que le ayudemos a escribir algo, se lo deletrearemos, pero solo cuando nos lo pida él.
Juegos para aprender
Para ayudarles en casa, podemos poner en marcha muchos juegos que les ayudarán a ver la escritura como algo accesible y divertido.
Para escribir es necesaria una gran precisión de movimientos y la capacidad de mover cada dedo de forma independiente. Podemos hacer un guiñol dibujándole una cara en cada dedo de la mano, pintar con pinturas de dedos y amasar barro o plastilina.
Para ejercitar los dedos y el control de la mano, podemos jugar a apretar y abrir los puños y los dedos para imitar el vuelo de la paloma, el zarpazo del tigre, etc.
La orientación espacial es básica para escribir. Juguemos a sortear obstáculos, pasando por debajo de mesas y sillas, subiéndonos al sofá, pisando recto una cinta puesta en el suelo... Para ejercitar el control del trazo podemos mover pies y manos al ritmo de un tambor: rápido, lento, con movimientos amplios, cortos, etc.
A escribir también se aprende escribiendo. Podemos hacerle dictados de sus cuentos favoritos o animarle a copiar la letra de su canción preferida. Después comentamos juntos lo escrito, lo representamos y le pedimos que nos lo lea.
Debemos aprovechar cualquier oportunidad para que escriba cosas no relacionadas con el cole. Por ejemplo, nos puede ayudar a hacer la lista de la compra o dejarle una nota a papá. Pidámosle que apunte una palabra en vertical y que escriba otras a partir de las letras que la componen. Por ejemplo, SOL (Sal, Oreja, Lupa).
Con el teléfono, los móviles y el correo electrónico se está perdiendo el placer de escribir (y recibir) cartas. Animémosle a escribir a los abuelos, a su amigo de la playa o a su cantante favorito.
Algo muy importante: cada peque debe tener su propio estuche con todo lo necesario para escribir ( pinturas, lápices, regla...), siempre disponible y a su alcance. Si de vez en cuando metemos una goma o un sacapuntas nuevos, aumentaremos su motivación.
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