sábado, 15 de enero de 2011

Dermatitis atòpica

Cómo mantener la dermatitis atópica a raya:

La dermatitis atópica (DA) es la enfermedad cutánea más frecuente en los niños y se caracteriza por una piel seca, la aparición de lesiones tipo eccema y un intenso picor. Suele aparecer en la cara, codos, rodillas… La mayor tasa de prevalencia la encontramos en los niños (veinte por ciento), desde su nacimiento hasta los diez o doce años, aunque después desaparece en un ochenta por ciento de los casos:


La dermatitis atópica requiere mucha paciencia y cuidados.

1.- Ante cualquier brote o irritación de la piel, consultar al pediatra. Cuanto antes tome el control de la situación el médico del niño, mejor evolución tendrá la enfermedad.

2.- Hay que vigilar al niño para que, en la medida de lo posible, no se rasque. El rascado es uno de los principales problemas de la DA. A pesar del picor, hay que evitar el rascado ya que se entra en un círculo vicioso: me pica, me rasco y me pica más, que puede conducir a la aparición de otras lesiones en la piel.

3.- La ropa también guarda una relación relevante. A veces, quitar las etiquetas es suficiente para evitar una nueva lesión. Los compuestos de las prendas de vestir pueden provocar la aparición de un brote en algunos pacientes. Se recomienda evitar prendas ajustadas, ásperas o que arañen. Es probable que la lana y algunos sintéticos irriten la piel. El uso de detergentes líquidos o en polvo que sean hipoalergénicos también podrían ayudar a reducir la irritación.

4.- Contárselo a los profesores. Resulta también muy importante informar a los profesores porque, a veces, el niño no rinde lo suficiente debido a los trastornos del sueño asociados a la patología.

5.- El aire acondicionado en el verano puede secar la piel, al igual que la calefacción central en invierno. Es importante mantener una rutina de hidratación a lo largo de todo el año. Los cambios bruscos de temperatura también pueden producir daño en la dermis. En invierno, es importante que su cuarto no esté muy caliente. Mantén la temperatura entre 19 y 20 grados y airea la habitación y las sábanas todos los días. En verano, asegúrate de que tu hijo no se quema con el sol y que las cremas con factor solar que utilizas son adecuadas para pieles sensibles.

6.- Atención a la comida: ciertos alimentos pueden desencadenar la aparición de eccemas en aproximadamente el diez por ciento de los niños. Leche, huevos, cítricos, chocolate, cacahuetes y algunos colorantes son los alimentos más problemáticos.

7.- El agua del baño debe estar tibia, ya que los cambios bruscos de temperatura pueden irritar la piel. No bañes a tu hijo durante más de 20 minutos y, si es posible, mejor que el niño se duche en lugar de bañarse. Los productos que se utilicen deben ser hipoalergénicos y sin fragancia. Después del baño, conviene secar sin frotar la toalla contra la piel y aplicar la crema que haya recomendado el pediatra.

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