jueves, 3 de mayo de 2012

Palabras groseras: cómo cortarlas de raíz

Palabras groseras: cómo cortarlas de raíz

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¿Por qué los niños en edad preescolar dicen groserías?. Qué hacer cuando usan palabras groseras. ¿Por qué los niños en edad preescolar dicen groserías?

A tu hijo no le apetece irse a la cama temprano, así que te llama “mamá tonta”. Como les pasa a muchos adultos, le cuesta encontrar palabras adecuadas para expresar su frustración. O quizá su mejor amigo acaba de expandir su vocabulario y ha pensado que es chistoso compartir algunas groserías que tu hijo está deseoso de probar en la casa.

En casi todos los casos, estás observando un cuidadoso experimento por parte de tu hijo. Está claro que ha escuchado a otra persona hablar con mucha intensidad o disgusto, y quiere saber qué pasa cuando lo hace él. Nunca es demasiado pronto para enseñarle a tu hijo que las groserías no son aceptables, sin importar dónde las escuchó.

Qué hacer cuando usan palabras groseras
Responde con naturalidad
Procura no arrugar la nariz disgustada cada vez que le cambies el pañal a tu hijo. Susurrar el nombre del contenido de su pañal en lugar de decirlo con naturalidad tampoco es buena idea, ya que pronto se dará cuenta de que nombrar las funciones corporales garantiza una reacción por tu parte. Recuerda que es normal que un niño que esté aprendiendo a usar el orinal esté fascinado con su cuerpo y con todo lo que sale de él.

Pon cara de póker
Cuando tu hijo diga algo grosero, resiste la tentación de reírte, ya que esto le servirá de refuerzo para seguir haciéndolo. La capacidad de conseguir semejante reacción de un adulto es enormemente satisfactoria cuando se es un niño.

Busca alternativas divertidas
Si tu hijo está probando una palabra nueva, seguramente puedas persuadirlo de sustituirla por otra frase igualmente emocionante que no haya escuchado antes. "Abracadabra" es una buena opción. Si el problema es que le falta vocabulario para expresar su enojo o su frustración, ayúdalo a decir en voz alta “estoy enfadado” o “estoy enojado” cuando corresponda.

Establece límites
Si tu hijo se ha acostumbrado a decir una o dos palabras groseras, tienes que enseñarle que decir esas palabras está mal. La clave es hacerlo con calma, ya que si pierdes la paciencia, le recordarás el poder que tiene de conseguir que le hagas caso enseguida. Si es un insulto que se ha inventado, entonces dile que no existe y que no comprendes lo que dice. Con respecto a los insultos que dicen los adultos, no le expliques lo que significan o por qué no son aceptables. Sólo dile con naturalidad y sin demasiado interés, qué palabras no se deben usar.

Establece consecuencias
Si tu hijo no deja de ser grosero, incluso después de que le hayas avisado una o dos veces, entonces es el momento de introducir medidas disciplinarias. Permanece tranquila, responde rápidamente y sé consistente. Si no funciona darle un tiempo en solitario para que piense, es momento de quitarle privilegios, como televisión. Llegado este punto, quizá quieras preguntarte por qué tu hijo se resiste tanto a tus reglas. Quizá el uso de groserías es señal de que algo le está preocupando o molestando, por ejemplo.

No reacciones a su lenguaje grosero Si tu hijo usa dice groserías porque quiere algo, asegúrate de no darle lo que pide.

Enséñale a respetar
Las groserías no son aceptables en las guarderías, el parque, en casa de un amigo ni en la mesa con la abuela. Explícale que estas palabras hacen que la gente se sienta incómoda y les hacen daño. También señálale que no importa si otros niños usan ese lenguaje. Tu hijo aún está aprendiendo a tener empatía y no siempre recordará pensar en otros, pero aun así tiene que saber que sus acciones les afectan.

Ten cuidado con lo que dices
Claro que existen diferentes reglas para los adultos y para los niños, pero si tu hijo te escucha decir groserías cada día, será mucho más difícil convencerlo de que no hable así. Si imita algo que tú has dicho, admite que no deberías haberlo dicho tampoco. Y si tienes hijos de más edad, asegúrate de que también les enseñas a hablar bien, porque a los pequeños les gusta imitar a sus hermanos mayores.

Controla lo que ve en la televisión

Los niños de corta edad obtienen mucha de su información de programas de televisión, así que asegúrate de que mira programas que son apropiados para su edad y, cuando te sea posible, mira la televisión con tu hijo.

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